viernes, 18 de marzo de 2011

Perrito


En esta postura la mujer permanece sobre las palmas de las manos y sus rodillas mientras el hombre la penetra desde atrás. Algunas mujeres prefieren reposar la cabeza y los hombros sobre la almohada.
Esta postura da a ambos amantes la posibilidad de darse placer entre sí y al hombre la oportunidad de acariciar los pechos, nalgas y clítoris de su pareja para conseguir una mayor excitación y se convierte en una posición ideal para estimular el punto G . Al ser una posición no forzada permite que incluso la mujer pueda acariciarse el clítoris o los testículos de su pareja.
Con esta postura se puede lograr una penetración más profunda aunque el hombre debe ser cuidadoso en las penetraciones profundas dado que puede tocar el cérvix de la mujer lo que puede llegar a ser doloroso.

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