martes, 5 de abril de 2011

Tamaño del pene

Bueno, ¿qué me dice? Internet tiene muchos mensajes suplicando por ayuda e información de hombres y muchachos adolescentes obsesionados por suponer que tienen los penes anormales: demasiado largos, demasiado cortos, de tamaño o forma incorrecta, o cualquier cosa. Pero los problemas reales pueden ser mucho menos frecuentes que los que usted pensaría leyendo todos esos mensajes. Cuando hay un problema médico que podría ser la causa, usted probablemente esté mirando un pene que es, aproximadamente, menor a 10 cm. de longitud estando erecto. Pero suponga que algún problema genético o fisiológico causa el desarrollo de un pene pequeño. Una vez que un hombre ha alcanzado la madurez, no hay ningún tratamiento médico que altere el tamaño de su pene, incluso el tratamiento de testosterona, aunque claro esto puede ser útil en otro sentido si la testosterona es deficiente - vea la página sobre andropausia para los detalles. 

También, los estudios establecen muy claramente que no hay ninguna correlación clara entre los tamaños flácido y erecto - si usted tiene uno flácido pequeño, la pregunta para usted es ¿qué tamaño tiene cuándo está erecto? Algo más largo que 10 cm. tiene que ser considerado normal, al menos por lo que se refiere a qué a menudo se encuentra generalmente en la población. 

Uno de los resultados clave en los datos de Kinsey es que la mitad de todos los hombres tienen un pene erecto de aproximadamente 15,2 cm. o menos. La Encuesta Definitiva informa que este divisor se encuentra en 16 cm. que es más o menos lo mismo. Y cuando usted llega a 17 cm., usted ha cubierto sesenta por ciento de hombres. 

Como todo lo demás en el cuerpo humano, el pene es un órgano muy variable. Quizás el mejor consejo sea probar y recordar la verdad que usted es un ser humano completo, y es el paquete entero que atrae otros a usted, no sólo su dotación y capacidad sexual. 

viernes, 25 de marzo de 2011

Ella encima - Varias posturas



El sometido

El sometido

El hombre se acuesta cómodamente entregando su placer a la voluntad de su compañera. Aprovechar este juego de sometimiento masculino puede ser un estimulante total para ambos: el encuentro puede empezar con caricias y besos de ella a él, que permanece siempre en la misma posición, para terminar en la penetración profunda que permite la posición, donde ella se coloca de espaldas y controla los movimientos ayudándose de los brazos.

Muy erótico para el hombre resulta que ella asome su rostro por sobre su hombro. Además, el hombre tiene un fácil acceso al ano y los glúteos de su compañera, quien puede disminuir la velocidad de los movimientos para disfrutar del estímulo anal o de que su pareja toque sus pechos.


Variante de: Cara a cara

Variante de Cara a caraEsta postura clásica también se realiza con la mujer en la posición dominante, lo que resulta muy excitante para muchos ya que modifica sustancialmente lo tradicional en la "Cara a cara" que es el hombre sobre la mujer. De esta forma ella puede frotar su clítoris en el vientre de su compañero con más facilidad y según su antojo.

Es ideal para las mujeres a las que les cuesta llegar al orgasmo y necesitan una estimulación muy directa del clítoris y los labios vaginales. Además el hombre puede tocar impunemente los glúteos de su compañera, meter sus dedos en el ano de ella y atraerla hacia su cuerpo con fuerza tomándola de las nalgas.


Variante de El sometido

Variante de: El sometido

Otra forma de probar esta postura es que la mujer extienda su cuerpo hacia atrás, apoye sus brazos en los de su compañero y extienda sus piernas hacia adelante. De esta manera, el hombre podrá llegar a sus pechos con facilidad y la mujer podrá apoyar sus glúteos en el vientre de su compañero y realizar movimientos circulares.

El pene no puede penetrar tanto en la vagina, lo cual puede ser sumamente excitante para ambos.


Variante de: La fusión

Variante de La fusiónSi el hombre se relaja y apoya todo su cuerpo y la mujer se incorpora levemente, la fusión adquiere una variante donde la penetración es más profunda. El ritmo lo sigue llevando ella y el movimiento que sale con más facilidad es el arriba-abajo que la mujer debe realizar sobre su compañero.

Las manos de ella pueden tocar el pecho de él o tomar su pene como si lo masturbara para aumentar el placer de ambos.

De lado



El molde

El molde

Con las piernas juntas y recogidas (para que presionen bien al pene), la mujer se tiende de costado y relaja su cabeza hacia atrás mientras él la penetra, ya sea por la vagina o por el ano (excelente posición para sexo anal) Los movimientos deben ser suaves y coordinados y la penetración lenta y profunda: ambos cuerpos se amoldan como dos piezas perfectas de un rompecabezas... "El molde" es ideal para mujeres que tienen problemas en alcanzar el orgasmo y/o gustan de causar la fricción del clítoris durante el coito: las piernas juntas logran este efecto tan placentero.


La libélula

La libélulaAmbos tendidos de costado, en un lugar cómodo y flexible, como la cama. Ella de espaldas a él, los cuerpos amoldados... En un alarde de destreza, la mujer pasa su pierna externa flexionada abriendo la puerta al placer: el hombre la penetra haciendo palanca con la pierna de ella, que se apoya en la cadera de él.

La penetración llega hasta la mitad del camino, por lo que el goce viene de la mano del deseo de que se haga profunda y estalle en el orgasmo más excitante...


La somnolienta

La somnolienta

La mujer se tiende de costado y el hombre se ubica en su espalda para penetrarla. Ella estira una pierna hacia atrás y la enrosca en la cintura de él. Ideal para hombres dotados y mujeres flexibles, "la somnolienta" cumple varios anhelos de las mentes fantasiosas: en primer lugar, que ella esté de espaldas a él, y al mismo tiempo acceda a su rostro y cuello.

Además, que él tenga cómodo acceso al clítoris y los pechos de su compañera. La apertura de la pierna posterior de ella para recibir al pene y el abrazo de esa misma pierna alrededor del compañero es quizás lo más sexy de esta postura. 

Por detrás - varias posturas



El furor salvaje

El furor salvaje

También conocida como "perrito", esta posición es apasionada y salvaje. Ambos en cuatro patas, concentra una cantidad de ventajas que pocas posturas tienen: la comodidad del hombre para tocar el clítoris o el ano de su compañera, la variedad de movimientos que permite, la posibilidad de que la mujer tome con una mano los testículos del hombre y la facilidad para intercalar sexo anal y vaginal.

Además, la posición permite al pene "atraparse" entre los glúteos, lo cual suele ser muy excitante para el hombre. En pocas palabras, el encuentro sexual que incluye esta postura suele ser salvaje y hacer furor entre sus protagonistas.


El tornillo

El tornilloNada más recomendable para una mujer con dificultades para llegar al orgasmo que las posturas que presionan el clítoris mientras la vagina es penetrada. En "El tornillo" esto se cumple a rajatabla. Ella se acuesta en el borde de la cama y tiende sus piernas flexionadas a un costado de su cuerpo (cada mujer sabrá cuál de los dos lados le resulta más confortable).

Esto permite mantener el clítoris atrapado entre sus mejores aliados para llegar al preciado orgasmo: los labios vaginales. La mujer puede contraer y relajar toda la zona, mientras él la penetra arrodillado frente a ella y tocando sus pechos.


Variante de La doma

Variante de: La doma

La mujer también puede "domar" a su potro colocándose de espaldas a él y marcando el ritmo apoyando sus pies en el piso. Él, a su vez, puede tocar sus pechos, besar su cuello y tirar del cabello de su compañera mientras ella se mueve. El ángulo de visión que ofrece esta variante es uno de los más excitantes para el hombre, ya que permite ver en primer plano cada embestida que realiza su compañera. 

Él encima (varias posturas)



El arco

El arco

Variante del "Cara a cara", el arco es una posición que, a través de una pequeña variante, modifica las sensaciones al extremo. La mujer permanece acostada boca arriba con las piernas abiertas y flexionadas, apoyando sus brazos detrás de los hombros. Cuando su compañero esté listo para penetrarla, eleva sus caderas y se posa sobre las piernas flexionadas del compañero.

El placer que ella recibe se centra en la penetración profunda y en la particularidad de sentir toda la zona vaginal y abdominal envuelta de la piel del hombre. El cansancio que se experimenta al mantener la posición se ve recompensado con la potencia del orgasmo que puede provocar.


Las aspas del molino

Las aspas del molinoBoca arriba, la mujer se tiende con las piernas abiertas a recibir a su compañero que, en esta posición, la penetra de frente a las piernas de ella. La diferencia de sensaciones es notable en este tipo de penetración: el clítoris y los labios vaginales están en pleno contacto con la pelvis y los alrededores del pene del compañero y la penetración más accesible es a través de movimientos circulares. El hecho de no poder verse cara a cara le da un encanto especial a la postura. La novedad de las caricias sorprende gratamente: la mujer puede acariciar las nalgas de su compañero, clavar suavemente sus uñas en la parte posterior a las rodillas, asir los testículos de su compañero. El hombre; chupar los pies de ella, morder sus dedos, acercar su mano a los genitales de ambos que se están fundiendo y tomar su pene para penetrarla mejor.


La profunda

La profunda

Esta es una posición de penetración total, de allí su nombre. Con las piernas elevadas y abiertas, ella aguarda a que su compañero introduzca el pene en su vagina para calzar sus piernas en los hombros de él, que apoyará sus manos para regular el movimiento.

A muchas mujeres puede parecerles complicada, incómoda o dolorosa la visualización de esta postura, pero vale la pena probarla porque ofrece la penetración absoluta y un contacto genital único: los testículos se posan suavemente entre los glúteos y el clítoris se encuentra presionado por la abertura de las piernas. La dificultad para besarse y la distancia de los rostros pueden ser ampliamente excitantes para ambos.


La catapulta

La catapulta

Elevar las caderas, en el caso de las mujeres, es una valiosa fuente de placer, ya que pone en contacto con el cuerpo del hombre áreas de su cuerpo que, en posiciones más tradicionales, no se tocan. En este caso, el hombre se arrodilla y recibe la vagina de su compañera dejando que ella apoye los glúteos en sus muslos. La mujer puede extender sus piernas en el torso del varón o flexionarlas apoyando las plantas de los pies en su pecho.

El hombre tiene fácil llegada al clítoris, por lo que puede estimular la zona con las manos y mirar la vagina en primer plano. El ritmo lo marcan juntos, acorde al deseo de ambos y a la flexibilidad de la mujer.


El espejo de placer

El espejo de placer

Ella se acuesta de espaldas, boca arriba. Levanta sus piernas y deja que él las sostenga arrodillado al final de su cuerpo y apoyando el otro brazo en el piso. El hombre penetra, domina y posee el control. La postura permite variar el sentido de la penetración y la apertura de las piernas. Los rostros no pueden acercarse y las manos poco pueden hacer en esta posición, lo cual genera una ansiedad sumamente excitante: ambos cuerpos corren juntos la carrera para llegar al orgasmo y reflejan en el otro los más variados gestos de placer y lujuria. 

sábado, 19 de marzo de 2011

Nadando


El hombre se tumba de espaldas, estirando las piernas y su pareja se tumba encima de él colocando sus piernas a lo largo.
Es una buena oportunidad para besarse y mantener un contacto total entre ambos cuerpos.
Ella controla el ritmo del movimiento arrastrándose arriba y abajo contra él.
Muchas mujeres encuentran esta posición muy excitante y puede que alcance el orgasmo más fácilmente por la gran estimulación clitoral que produce aunque no se manipule directamente.
Ella puede variar la posición cerrando o abriendo las piernas o permitiendo que él las cierre o las abra. También se puede mover fácilmente desde aquí a una postura en la que ella se siente de cara a él.

Balanceando


Sentada delante de las rodillas del hombre, ella se introduce parte de su pene , de forma que el hombre puede variar la cantidad introducida. De rodillas puede descansar sobre las piernas del hombre que se sujeta con sus brazos y realiza breves movimientos con su pelvis o actua como si fuera a abandonarla totalmente, para penetrarla de nuevo lo que hace de esta una posturamuy excitante.
Esto proporciona a la mujer un masaje muy placentero .